En el dinámico mundo de la consultoría de Salesforce, muchos profesionales aspiran a dar el salto de consultor a arquitecto de soluciones. Sin embargo, este cambio requiere algo más que adquirir nuevas habilidades: exige un cambio fundamental de mentalidad.
Aunque pueda parecer inusual, la clave reside en alejarse de la mentalidad centrada en la función típica de los consultores y adoptar una perspectiva más amplia y estratégica. Este enfoque, aunque poco convencional, tiene el poder de desbloquear nuevas oportunidades e impulsar el crecimiento profesional. Acompáñame mientras exploro los cambios de mentalidad esenciales que pueden facilitar tu viaje de consultor a arquitecto de soluciones.
Cambio del ‘Cómo’ al ‘Por qué’
Cuando empezamos a preguntarnos «por qué», estamos esencialmente pelando las capas para descubrir las motivaciones e intenciones detrás de los comportamientos de los usuarios. Este cambio de perspectiva es increíblemente poderoso, sobre todo en proyectos de optimización en los que el objetivo es mejorar y agilizar los procesos. Al priorizar el «por qué» y formular preguntas, incitamos a los usuarios a reexaminar su proceso, arrojando luz sobre las ineficiencias y las áreas de mejora que realmente resuenan con las necesidades y los objetivos de los usuarios.
Una de mis técnicas favoritas para determinar la dirección es The Five Whys. Consiste en preguntar repetidamente «por qué» (normalmente unas cinco veces) para descubrir la causa raíz de un problema. Aunque procede originalmente del Sistema de Producción Toyota, es ampliamente aplicable, incluso en la resolución de problemas de Salesforce. El número de «porqués» puede variar en función de la complejidad, pero el objetivo es el mismo: profundizar sistemáticamente y abordar las causas subyacentes de forma eficaz.
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En este ejemplo, el uso de la técnica de los cinco porqués nos ayudó a descubrir la verdadera razón de los informes de ingresos inexactos: el cumplimiento de las directrices de introducción de datos. Si no hubiéramos preguntado esos ‘porqués’, podríamos habernos centrado únicamente en hacer los informes más precisos. Sin embargo, al preguntarnos los «porqués», identificamos un problema fundamental en el proceso de introducción de datos. Nuestro enfoque se orientó hacia la aplicación de mecanismos que garantizaran el cumplimiento de las directrices de introducción de datos. Esto podría incluir medidas como campos obligatorios, campos de fórmulas para automatizar los cálculos e incluso flujos de pantalla personalizados para agilizar los procesos de introducción de datos.
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Pasar de «lo que se puede hacer» a «lo que se debe hacer»
Para garantizar el éxito de un proyecto, debemos priorizar las tareas en función de su importancia para nuestros objetivos empresariales y no sólo en función de su viabilidad técnica. A veces, las partes interesadas nos dan una larga lista de peticiones, y es tentador lanzarse a ellas de inmediato. Sin embargo, hacer esto sin un plan claro puede llevarnos a un gran error: crear soluciones sobre la marcha o ad hoc.
Cuando hacemos esto, acabamos con componentes inconexos que no encajan bien entre sí, como decorar una casa sin un plan. Este enfoque puede crear deuda técnica con el tiempo, lo que dificulta el mantenimiento y la actualización de los sistemas. Por lo tanto, es fundamental vincular sistemáticamente las solicitudes a nuestros objetivos empresariales. Así nos aseguramos de que cada tarea que emprendemos ayuda a que nuestra organización avance.
Hace tiempo que utilizo un método llamado Escala Problema-Resultado, que me ha resultado muy útil para determinar en qué debemos centrarnos. Funciona así: cuando alguien plantea una petición, le hago dos preguntas sencillas:
- «¿Qué problema intentan resolver?»
- «¿Qué resultado quieren obtener?
- «¿Qué resultado persiguen?»
Una vez que los entiendo, califico en una escala del 1 al 10 lo bien que encaja su petición con nuestros objetivos empresariales. Si es alta en la escala, significa que está estrechamente alineada con lo que estamos tratando de lograr, por lo que la priorizamos en consecuencia. De esta forma, nos aseguramos de que siempre estamos trabajando en cosas que realmente importan para nuestro negocio.
Cambio de la selección de características al análisis de negocio
Entender que no todas las funciones de Salesforce deben implementarse o utilizarse es fundamental para este cambio mental. A menudo, los consultores y arquitectos cometen el error de intentar encontrar funciones no utilizadas para incorporarlas a los proyectos. En lugar de ello, deben centrarse en comprender los procesos empresariales del cliente.
En lugar de adaptar las funciones de Salesforce a los usos potenciales, los arquitectos deben analizar el flujo del proceso empresarial y el recorrido del usuario. Esto garantiza que la solución de Salesforce se adapte a las necesidades y objetivos específicos del cliente. Al realizar este cambio, los arquitectos pueden ofrecer soluciones técnicamente sólidas y estratégicamente alineadas con los objetivos empresariales del cliente.
Una buena técnica para poner más énfasis en la comprensión de las necesidades empresariales en lugar de centrarse sólo en las funciones de Salesforce es empezar por ponerse realmente en la piel de los usuarios finales y dar comienzo al proceso de asignación del recorrido del usuario. En lugar de obsesionarse con los detalles de Salesforce, dé un paso atrás y vea cómo realizan realmente sus tareas los usuarios y cómo utilizan los sistemas actuales. Esto ayudará a descubrir información importante sobre sus procesos de trabajo, puntos débiles y preferencias.
Al adoptar este enfoque centrado en el usuario, puede documentar el estado actual de los procesos empresariales basándose en lo que le dicen los usuarios, utilizando herramientas visuales sencillas para capturar cada paso con claridad. A continuación, puede detectar áreas en las que las cosas podrían funcionar mejor e imaginar cómo mejorar el proceso en el futuro.
Una vez que tenga una visión clara de hacia dónde deben dirigirse las cosas, puede volver a introducir Salesforce en el proceso. Adaptará sus funciones al proceso mejorado, asegurándose de que encajan perfectamente con lo que los usuarios realmente necesitan. De este modo, su solución Salesforce será más eficaz, colaborativa y valiosa para la organización, todo ello gracias a que se ha centrado en comprender primero las necesidades empresariales antes de sumergirse en la implementación de Salesforce.
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Cambiar de la complejidad a la simplicidad
Un error común en los proyectos es la tendencia a precipitarse en diseños complejos y soluciones elaboradas sin establecer primero una base sólida. A menudo, esto se debe al deseo de maximizar la inversión realizada en Salesforce y en el propio proyecto. Sin embargo, este enfoque suele conducir a una adopción deficiente por parte de los usuarios y a una gran deuda técnica, lo que hace que el diseño acabe siendo ineficaz y no consiga ofrecer el valor previsto.
A veces, la simplicidad puede ofrecer más valor que la complejidad. Aunque en un principio los clientes puedan presentar procesos complejos, es importante cuestionarse si dicha complejidad es realmente necesaria y beneficiosa. Pensando fuera de la caja y empleando técnicas como Los cinco porqués, es posible animar a los clientes a reconsiderar su enfoque.
Cuando se trata de simplificar un proyecto, hay dos formas principales de hacerlo:
1. Talleres de simplificación
. Talleres de simplificación
Se trata de mirar de cerca los procesos complejos y rehacerlos por completo. Esto significa encontrar lo que no funciona e idear una forma nueva y más sencilla de hacer las cosas.
En este enfoque, la clave es empezar por exponer el complejo proceso actual. A continuación, haz que todos los implicados, como las partes interesadas, trabajen juntos para encontrar formas de simplificarlo. Puede utilizar herramientas como el enfoque de los cinco porqués o la escala de problemas y resultados para orientar los debates y descubrir las causas profundas de la complejidad. El objetivo final es hacer el proceso más pequeño y más ágil, para que sea más fácil para todos los involucrados.
2. Marcos de priorización
En los marcos de priorización, me parece increíblemente útil utilizar métodos como MoSCoW (Must-Have, Should-Have, Could-Have, Won’t-Have). Nos ayuda a priorizar los requisitos en función de lo importantes que son y del impacto que tienen en nuestros objetivos empresariales.
De esta manera, podemos concentrarnos en las características más importantes y evitar que el sistema se atasque con cosas innecesarias. Es una gran manera de dividir el proyecto en fases y centrarse en lo que realmente más importa.
Resumen
En conclusión, la transición de consultor a arquitecto va más allá de simplemente adquirir conocimientos y hacer preguntas. Un arquitecto de soluciones exitoso comprende la importancia de hacer lo correcto en el momento adecuado y de la manera correcta. Poseen una curiosidad que les impulsa a profundizar en los problemas y encontrar soluciones innovadoras.
Además, un arquitecto de soluciones experto sabe cómo involucrar y activar las mentes de los usuarios finales, asegurándose de que las soluciones desarrolladas satisfacen realmente sus necesidades y mejoran sus experiencias. Al encarnar estas cualidades, uno puede realmente sobresalir en el papel de un arquitecto de soluciones e impulsar un cambio impactante dentro de las organizaciones.